Álvaro Lamadrid, diputado nacional de la UCR y autor del libro “Malandros, la tiránica banda mafiosa que secuestró a Venezuela”, habló con Republicana sobre el modelo venezolano, el vínculo de aquel país con la Argentina y su experiencia de vida en Santa Cruz como opositor.
¿Cómo ve el vínculo entre Argentina y Venezuela actualmente?
El vínculo sigue siendo la alianza de Cristina Kirchner con el poder tiránico y usurpador de Miraflores, de Maduro, de Diosdado Cabello. Son aliados en negocios delictivos y los Kirchner se aliaron hace tiempo a esa organización delictiva del Chavismo, las FARC, y el narcotráfico. Cristina Kirchner gobierna el país y nos quiere volver a llevar a su diplomacia encapuchada y a su alianza con Venezuela, las FARC, Irán y Hezbolá.
Esto es algo que debemos impedir: el país no puede volver a estar fuera del mundo, en la oscuridad y con socios internacionales que son narcotraficantes, terroristas y autores de delitos de lesa humanidad solo por los negocios delictivos de la Vicepresidente.
¿Cree que Argentina puede terminar como Venezuela?
Sí, porque hay un parecido inigualable. Santa Cruz es lo más parecido a Venezuela en la Argentina, no hace falta ir afuera. A eso nos quiere llevar Cristina Kirchner: a un gobierno autocrático, de pocos, poderosos e impunes donde no exista la posibilidad de disputar el poder; a un tiranía sin que parezca claro que haya tiranos; a un poder familiar, sanguíneo, monárquico y hereditario de los Kirchner. Por eso Cristina en el 2023 intentará plasmar esa continuidad familiar. Si ella no fuera a ser candidata a Presidente en 2023 intentará imponer a su hijo Máximo Kirchner. Conociendo la lógica del kirchnerismo como la conozco, creo podría tener en mente la fórmula Máximo Kirchner-Ricardo Alfonsín para intentar, con un discurso perverso y cínico, asegurar una suerte de Pacto de la Moncloa argentino.
¿Por qué cree que sería un intento cínico?
Porque no sería el intento de pacificar el país, sino de usar un apellido democrático y reconocido en materia de derechos humanos para llevar adelante un proyecto de poder hegemónico no democrático, que destruya la Justicia, la división de poderes, la prensa libre y el estado de derecho.
¿Por qué cree que los kirchner, y ahora Alberto Fernández, priorizan la relación con Venezuela?
Por negocios. porque son aliados en una organización delictiva de la que han formado parte. No es un tema ideológico: la única ideología tanto de Cristina Kirchner como de Maduro es la ideología del poder, del dinero y la de perpetuarse en el poder. En cuanto al Presidente Fernández, él no decide nada, está sometido a la agenda política, las iniciativas y los designios de Cristina Kirchner. El Presidente es bueno para hacer los mandados pero no para liderar, es el Juárez Celman de Cristina Kirchner y es presidente producto de su estrategia y como consecuencia de está.
¿Qué piensa cuando Alberto Fernández se lamenta por no tenerlo a Hugo Chávez?
Que manda un mensaje a Venezuela, a Irán, a Rusia y a China de que todo está igual y que su gobierno no saca los pies del plato de ese esquema en el cual está integrada Cristina Kirchner.
¿Qué piensa de la gestión de Felipe Solá al frente de la Cancillería?
Pienso que es muy mala. La situación de los varados y el desprecio con estos compatriotas, la insignificancia de la gestión en la región y en el mundo es demasiado grande para el poco tiempo en el cual está en su cargo. Salirse del Mercosur, apoyar a Maduro y no continuar la buena política exterior de Cambiemos colocan al país en un lugar inadecuado en el mundo, aislados y con socios autoritarios y no democráticos.
Usted decía antes que Santa Cruz es lo más parecido a Venezuela en la Argentina. ¿Porqué lo dice?
Las similitudes entre Venezuela y la Argentina Kirchnerista son muchas. El convertir a la justicia en un ámbito imposibilitado de investigar al poder, la amenazas e intimidación a los opositores y a la prensa , el acallar la voz del congreso, intentar menguar la actividad privada, las expropiaciones, el enriquecimiento inconmensurable , organizar el estado para poder llevar adelante negocios delictivos desde el poder , desguazar los organismos de control, el narcotráfico y la voluntad de perpetuar el poder de las personas en detrimento de las instituciones, un estado que no protege a la gente sino que la gente debe protegerse y cuidarse de éste.
Usted fue uno de los primeros en alzar la voz en contra del kirchnerismo. ¿Cómo fue ser opositor y además vivir en Santa Cruz?
Fue muy duro. Hoy, cuando el peligro es evidente y Cristina Kirchner plantea abiertamente un vamos por todo recargado, es algo más fácil. Pero en aquel momento estaba en peligro, en soledad y en Santa Cruz, donde el poder de los Kirchner era impiadoso y cometían todo tipo de tropelías a plena luz del día. Denuncié el apoderamiento de terrenos fiscales a precio vil, donde hicieron los hoteles, la corrupción de la obra pública y el lavado de dinero. Enfrenté a los Kirchner en un momento en el que nadie se animaba ni a soplarle ni a estornudarles al lado. La pasé muy mal, viví amenazado y en peligro por años, pero afronte ese peligro porque había tomado la decisión de estar dispuesto a sufrir la dificultad de enfrentar a un poder omnipresente, omnipotente y absolutamente desbordado.
Hoy volvemos a estar en peligro, pero no podemos entregarles el país a Cristina Kirchner. Se vienen tiempos difíciles, donde vamos a tener que volver a luchar por la libertad y por nuestro país. Lo haremos: uno tiene un compromiso de años con la democracia y la búsqueda de la verdad.
¿Qué piensa del asesinato de Fabián Gutiérrez?
La muerte de Fabián Gutiérrez es una señal de alarma y un mensaje para los testigos protegidos de la corrupción “K”. Es imperioso que el Gobierno refuerce la seguridad de quienes los han denunciado. Conocí a Fabián Gutiérrez y su enriquecimiento aluvional. Denuncié el apoderamiento de tierras fiscales de los Kirchner en El Calafate y 50 funcionarios amigos del poder, incluida la propia fiscal, su madre Gobernadora y sus tíos Néstor y Cristina Kirchner. Natalia Mercado tiene que dar un paso al costado, debe excusarse y no puede llevar adelante la investigación.
Llama la atención la cantidad de pruebas y rastros que enredan el asesinato. Gutiérrez había declarado como arrepentido. En Santa Cruz hay cadenas de testaferros del poder y, cuando alguno fue preso, éstos se han mejicaneado bienes generándose ajustes de cuentas mafiosos. Esta es la consecuencia de años de Kirchnerismo en el poder, es la impunidad que es la partera de todas nuestras desgracias. Denuncié por años la corrupción de los KIRCHNER y las valijas. Estás son las consecuencias de las valijas. La de quienes las llevan y como bien sabemos, también la de quienes las investigan.
Volviendo al tema de Venezuela, ¿cuál fue el “punto de no retorno” para la democracia venezolana? ¿Hubo un momento específico del que ya no se pudo volver, o fue un proceso gradual de deterioro?
La democracia y las libertades en Venezuela se fueron perdiendo de a poco, por partes. Esa fue justamente una de las variables que posibilitaron que ese país llegue a donde está hoy. Cuando se expropiaba una empresa, se censuraba a un periodista o se le quitaba una función a una institución, la mayoría no se daba cuenta de que todo era parte de un plan mayor que iba a afectar a todos y cuyo objetivo era destruir la democracia y la república. Es por eso que es tan importante no permitir que eso se repita en Argentina y, ante cualquier atropello, alzar todos la voz y pararnos firmes para no permitirlo. Ningún avance que pretenda quitarnos libertades o derechos es poco importante o insignificante, por muy pequeño que parezca, porque todo nos acerca a ser Venezuela.
En Argentina parece cada vez más posible el riesgo de una hiperinflación, ¿cómo fue el proceso inflacionario en Venezuela? ¿Cómo es que llegó a un millón por ciento de inflación anual?
Es cierto que la economía venezolana es diferente a la argentina, sobre todo porque allá depende casi en su totalidad del ingreso petrolero, mientras que la nuestra está más diversificada. Sin embargo, sí existen aspectos similares que se podrían replicar acá y que no solo nos llevarían a un proceso hiperinflacionario parecido, sino también a la destrucción de nuestra economía en otros aspectos. Por ejemplo, los controles de precios y de cambio, las expropiaciones, la persecución a la empresa privada, la destrucción del sector productivo, el aislarnos de la economía global y alejarnos de nuestros socios comerciales y coartar las libertades económicas internamente que generen la pérdida de confianza, un factor clave para el éxito de cualquier economía.
