REVISTA REPUBLICANA: ¿Cómo ve la relación actual entre el gobierno nacional y el periodismo?
HERNÁN LOMBARDI: El Gobierno nacional ha deteriorado las relaciones con el periodismo. Hay que poner en contexto que el periodismo y la libertad de expresión, de opinión y de poder publicar libremente las ideas, sea en forma escrita, sea en forma audiovisual, es el oxígeno con el cual respira la democracia. El deterioro se nota en un avance sostenido sobre los medios públicos que han dejado de ser un lugar de pluralismo, como lo fue durante la gestión del 2015 al 2019, y se transformaron realmente en medios oficiales y del Gobierno, y no en medios del Estado. En otro aspecto, si bien el presidente tiene derecho a expresarse como cualquier ciudadano, existe lo que se llama la simetría en términos de el poder que cada uno representa cuando polemiza. La ex presidenta Cristina Fernández nos escandalizó a todos cuando retó a aquel famoso jubilado por la compra de dólares. Ahora el presidente Alberto Fernández nos hace acordar permanentemente a ese episodio, que no puede ser naturalizado como si fuera normal, como si fuera algo habitual, una buena práctica. Simplemente me limito a recordar las ofensas a Jonatan Viale, el reto a Diego Leuco retwitteando un par de guantes de box, mandarla a la periodista Cristina Pérez a leer la Constitución, los mensajes que recibió Viviana Canosa en su celular personal. Hay casos por todos lados, como el de Silvia Mercado y Maru Duffard. Quiere decir que hay algo sistemático en achicar el lugar del periodismo, particularmente el periodismo de opinión, y eso es algo que ya se vuelve un rasgo indicativo de este gobierno.
RR: Ya que lo mencionó, nos gustaría que nos cuente qué piensa sobre lo que ocurrió con Viviana Canosa y los mensajes del Presidente a su teléfono personal.
HL: Me parece que en las llamadas telefónicas de presidente de la Nación siempre hay que tener de mucho cuidado. Me baso en las palabras de Viviana Canosa, que expresó que se sintió intimidada, así que toda mi solidaridad hacia Viviana y hacia todos los periodistas que de alguna forma u otra, por acción u omisión, se han sentido intimidados en los últimos meses.
RR: Usted estuvo a cargo del Sistema Federal de Medios Públicos. En base a esa experiencia, ¿es imprescindible que un país cuente con medios públicos?
HL: Yo creo que tiene que existir un sistema de medios públicos que luche básicamente contra las fake News, que exprese el federalismo, es decir que realmente le dé lugar a todas las expresiones y noticias de la Argentina y no solamente las de Buenos Aires, y que obviamente bregue por la libertad de opinión. A la hora de una democracia moderna, sigo creyendo en un sistema de medios públicos, lo que pasa es que tienen que ser absolutamente diseñados en función de estos valores que estábamos diciendo y también el principio de austeridad en el gasto es clave. El principio de austeridad es bueno para todos los órdenes de la vida republicana y aplica, por supuesto, también para los medios públicos.
RR: ¿Hay algo de su gestión que le haya quedado pendiente o que le hubiera gustado implementar y no le alcanzó el tiempo?
HL: Los medios han cambiado absolutamente en los últimos años en el mundo y eso implica que hay que llegarle en particular a la juventud, que se ha acostumbrado a escuchar otras formas de medios y de acceder a la información y al entretenimiento. Desde ese punto de vista, creo que fue un avance increíble la Plataforma Contar, donde unificamos contenidos de diversos tipos y que es un gran éxito que hoy lo está usando con otros contenidos el Gobierno actual, pero creo que le permitió al Sistema de Medios llegar a los jóvenes a través del celular o distintos dispositivos. Esa tarea siento que todavía podía haber sido profundizada y seguramente será profundizada en el futuro.
RR: Salgamos ahora un poco de los medios y vayamos a la política en general. ¿Cómo definiría al gobierno de Alberto Fernández en cuanto a la calidad institucional?
HL: La calidad institucional no es un tema abstracto. Yo creo que uno de los grandes déficits que tenemos como sociedad es no haber podido vincular que la calidad de las instituciones influye directamente en la calidad de vida de la gente. Es decir, si tenemos mejores instituciones y mejores prácticas republicanas como lo manda nuestra Constitución, repercute claramente en la calidad de vida económica de la gente. Es una tarea que permanentemente tenemos que consolidar en democracia. Si yo pienso que aun con la excusa de la pandemia, el Poder Judicial prácticamente no funcionó durante largos meses, el débil funcionamiento del poder legislativo en la Cámara de Senadores y en la Cámara de Diputados; las evidentes discriminaciones que existen con las provincias opositoras en cuanto a la coparticipación federal; los recurrentes temas de recortes a la libertad de expresión. Todo eso hace un conjunto que muestra una calidad institucional que tiende a retroceder. Quiero agregar también este tema, un tema que a veces no se entiende con profundidad, que es el tema internacional. La calidad institucional hace que vos puedas tener relaciones maduras con todos los países del mundo, independientemente de su ideología. Que el presidente de la Nación participe en grupos como el Grupo de Puebla hace mal a la calidad institucional de la Argentina. Está muy bien que participe el Partido Justicialista, pero imagínense cómo baja la calidad de la representación argentina si el presidente habla sistemáticamente con dirigentes opositores de todo el resto de Latinoamérica. ¿Cómo se sienten los gobiernos? La baja de la calidad institucional se expresa en que se confunde el nivel de una política de Estado, con el nivel de una política partidaria y eso Alberto Fernández lo hace permanentemente.
RR: ¿Cómo ve el rol de la oposición y el futuro de Juntos por el Cambio?
HL: Los populismos en el gobierno tratan de debilitar a la oposición para construir hegemonía y crear enemigos imaginarios. Respecto de esto, creo que hay una enorme madurez de la oposición, que ha mantenido su unidad contra muchos presagios y se mantiene como una fuerza estabilizadora permanente en la democracia argentina. El 41% que obtuvo Mauricio Macri en la primera vuelta ayudó notoriamente a equilibrar las fuerzas. Imaginemos si hubiéramos estado con los números de las PASO, cómo hubiera avanzado mucho más el oficialismo en su intento hegemónico. Por lo tanto, lo primero que veo como importante es el mantenimiento de la unidad. Esa unidad tiene matices y básicamente esos matices están dados por las distintas responsabilidades que tienen los distintos miembros de la oposición. Hay algunos que gobiernan territorios, hay otros que está en los partidos políticos y hay otros que están en los parlamentos, tanto en el Parlamento nacional como los parlamentos locales o provinciales, y en sus distintos roles originan matices. Pero lo importante es la unidad estratégica y es importante no sólo para la oposición, sino para la Argentina, mostrar que ante tanta desazón y tanta falta de planes, como dice el presidente de la Nación, hay una alternativa posible para la Argentina. Yo creo que las oposiciones son tales cuando tienen la posibilidad de ser una alternativa de Gobierno. La oposición no es solamente poner límites al poder, es poner límites a poder pero también es prepararse para una alternativa de Gobierno.
Hernán Lombardi fue ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y Titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos.