REVISTA REPUBLICANA: En estos días, desde todo el arco político se solidarizaron con el juez Lorenzetti por las manifestaciones frente a su domicilio particular. ¿Qué piensa sobre este tipo de manifestaciones?
MAXI FERRARO: Soy un defensor de la libre expresión de una sociedad, en donde cada uno pueda ejercer el legítimo derecho ciudadano y haga oír su voz, su reclamo. Pero creo que estas manifestaciones deben darse siempre en un marco de no violencia, paz y respeto entre todos. El espacio público es el espacio democrático y diverso por excelencia. Debemos poder transformar la indignación, la desazón y el enojo en una propuesta de futuro y esperanza, a pesar de estos difíciles momentos.
RR: En un comunicado de la Coalición Cívica hablan de “amenazas de criminalización de las protestas” por parte del Gobierno. ¿Creen que está en juego la libertad de los ciudadanos a manifestarse?
MF: En tiempos de democracias cada vez más agrietadas y donde la regla es la ausencia de legalidad y estados de excepción permanentes, nuestros derechos y libertades corren serio riesgo, están en peligro. Es un problema que me preocupa y alarma a nivel regional e internacional, y nuestro país no está para nada exento. La libertad es lo más preciado que debemos defender y sostener.
RR: ¿Qué piensa sobre las palabras del presidente Alberto Fernández, en las que tildó a las actitudes de los manifestantes como propias del fascismo y del nazismo?
MF: Es un provocador. No se banca el disenso y la pluralidad necesarias para la vida en democracia.
RR: Pareciera que todos los días en nuestro país suceden hechos de gravedad institucional. ¿Usted lo ve así? ¿Por qué cree que pasa esto?
MF: Desde hace unos siete meses vemos un inusitado escenario de atropello institucional constante que atenta contra la integridad, transparencia e imparcialidad: reforma judicial; embestida contra el Procurador General de la Nación y los jueces Bruglia, Bertuzzi y Castelli; comisión de asesoramiento al Presidente de la Nación sobre la Corte, Consejo de la Magistratura y funcionamiento del Poder Judicial; colonización de organismos como la UIF y la OA, etc. Los argentinos no nos terminamos de convencer, de una buena vez por todas, que los temas institucionales son centrales para que podamos ser un país previsible, con reglas de juegos claras, desarrollo e inversiones futuras.
RR: Por último, usted es un conocedor del mundo cultural. ¿Cómo observa la crisis de este sector?
MF: Estoy muy preocupado y angustiado por la situación de los espacios independientes y autogestivos: teatros, cines, museos, milongas, etc., porque es uno de los últimos sectores que va a poder volver a la actividad en un 100%. Tenemos que poder diseñar con ellos un plan gradual de recuperación y puesta en marcha del sector. Soy un convencido que el sector cultural, las industrias culturales y del conocimiento pueden aportar mucho para la salida postpandemia y la transformación que necesitamos y debemos llevar adelante. Hoy se habla de una nueva normalidad y que toda crisis es una oportunidad. La pregunta y respuesta reside en qué será esa nueva normalidad y qué haremos con esa oportunidad.