CÓMO SER GOBIERNO Y OPOSICIÓN AL MISMO TIEMPO

Por Nicolás Roibás

No fueron los dotes de estadista, sino la personalidad camaleónica de Alberto Fernández, la que terminó por ilusionar a periodistas, sindicalistas, gobernadores y empresarios.
Allí anidaba el sueño húmedo de un peronismo que pueda, a su debido tiempo, deshacerse de Cristina Kirchner.

Sin embargo, aquel establishment de la vieja argentina que ansiaba ese retorno del PJ “sensato”, fue cacheteado por la realidad.

Las serenatas que el guitarrista había dado en puerto madero para ellos- al principio aliados tímidos y desconfiados- ya con Alberto presidente, se fueron convirtiendo en frustraciones y en amores no correspondidos. Hoy, los seducidos y despechados, observan con resignación el avance kirchnerista sobre el organigrama gubernamental y las cajas estatales.

Ante la avanzada, una parte del periodismo insiste con la interna oficialista. Se llenan de optimismo con casos como el de Rafecas y se relamen con las rencillas domésticas típicas de entretelones. Fantasean con un divorcio que nunca sucede y llenan los periódicos de “whishful thinking” (razonamientos guiados por sus deseos)

Les cuesta ver que los rumores de separación del matrimonio Fernández, solo terminan por beneficiar a Cristina, porque sirven para desligarla de la nueva ortodoxia del gobierno; que se traduce en negociaciones con el FMI y un ajuste a los jubilados.

Este ajuste-porque hay que llamarlo por su nombre- encontrará al cemento que rodea al Congreso de la Nación impávido y silencioso.
No habrá morteros, ni banderas. Ni habrá discursos encendidos, ni 14 toneladas de piedras. Lo que habrá, es un país con jubilados cada vez más pobres.

Las peleas inventadas y los chismes de palacio sobre los que se escriben páginas todos los días, le ayudan a Cristina a ser opositora de los hechos menos simpáticos de su propio gobierno. La convierten en el policía malo de cara a la sociedad crítica pero le reservan el papel del policía bueno para su propia tropa.

En esta ficción, Cristina escribe un nuevo manual sobre la política nacional: Se puede ser gobierno y oposición al mismo tiempo.

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