Por Ralph Haiek
Hoy en día, si observamos cómo está la situación del cine y las series como resultado de la pandemia, podemos ver que hubo un aceleramiento de un fenómeno que se venía dando y que tiene que ver con el aumento del consumo audiovisual a través de las diferentes pantallas. Esto ya está consolidado y,
claramente, los grandes ganadores han sido las plataformas a nivel global, tanto de contenido VOD, o llamadas OTT, como Netflix, Amazon, Disney Plus, Apple, Warner/HBO, así como las plataformas de Social Media, como
YouTube, Instagram y Tiktok, entre otras. El contenido audiovisual- tanto Premium en la plataforma OTT como el contenido generado por el usuario en la plataforma de redes sociales- están teniendo una amplia y cada vez más
creciente audiencia. Si vemos esto como un potencial patio de juegos y miramos hacia la realidad de Argentina, lo que está pasando es que nos estamos perdiendo una gran oportunidad, teniendo en cuenta el talento de nuestro país. Tenemos una oportunidad de ser una parte interesante en la producción de contenidos, fomentar el trabajo calificado y la generación de divisas, pero para esto, es fundamental dejar de ver nuestra realidad, solamente, desde la óptica del INCAA y de las salas de cine. Algo que nuestros jóvenes talentos, ya han logrado ver.
Si vemos esta realidad de crecimiento de la oferta global en las diferentes pantallas y dejamos de analizar solamente desde el punto de vista de la explosión de consumo y del crecimiento audiencia, y lo hacemos desde los contenidos, algunos países de la región, principalmente México, están teniendo un récord de producciones, tanto de películas, como de series para streaming. Lo mismo pasa en Brasil y en otros países, en los cuales ha sido de gran ayuda que los gobiernos tengan planes de incentivos monetarios y medidas concretas
que hacen que se vuelva más interesante producir o rodar en sus territorios. Por ejemplo, Colombia lo viene haciendo hace años y, recientemente, Uruguay, en donde ha habido un plan lanzado para capturar el interés de esas plataformas y que viene teniendo un inusual éxito.
Hoy en día, con motivo de la pandemia, las salas de cines en casi toda Latinoamérica están cerradas o con aforo que no permiten la posibilidad de explotarlas en su totalidad, así como también estamos viendo otras
problemáticas en los medios tradicionales en mantener sus ingresos por publicidad. Es por eso, que suplir esa falta de demanda de trabajo a través de los servicios de producción, se vuelve una necesidad. En Argentina, hasta ahora, no ha habido una reacción para capturar este interés y generar el récord de rodajes que vemos en otras naciones. Según trascendió, está por anunciarse un plan de gobierno para lograr rescatar el tiempo perdido y sería una buena medida si se cumplen los requisitos necesarios para atraer a parte de las producciones premium a la Argentina.
Al mismo tiempo, es interesante ver el fenómeno de lo que está pasando con las pymes del sector, que en Argentina, habían sido impulsadas principalmente por el cable y, más tarde, por el gobierno. Las producciones medianas y una cantidad importante de productoras surgieron a partir de ese fenómeno que hoy ha dejado de existir. Si bien, hay una demanda de producciones premium que generan mucho dinero, son para muy pocas productoras. En una pirámide de producción de contenido, esto impacta en facturación en muy pocas productoras, ya que las plataformas como Netflix buscan empresas establecidas. En cambio, si miramos hacia abajo de la pirámide, en los contenidos de social media hay millones de productores, pero el problema es que no crean la masa crítica suficiente para poder vivir de su pasión.
Una vez más, hay una oportunidad para nuestro país que tiene todo el bagaje académico y todo el músculo de producción, y que se centra en la impresionante cantidad estudiantes que se reciben cada año, y que se vio potenciado en la gestión anterior del INCAA por haber logrado un récord histórico de rodajes tanto en películas y series que se tradujeron también en experiencia.
La Industria del cable en Argentina tuvo gran importancia, ya que fomentó la creación de productoras, pero, hoy por hoy, es válido preguntarse qué pasará ahora que ya no existe esa producción para el cable, ni el apoyo del gobierno a la televisión, y la problemática en las salas de cine, que viven en constante
amenaza y peligro. La respuesta está en apostar a favorecer el sostenimiento y crecimiento de las productoras medianas; y ampliar el panorama para incluir, otras formas de monetización (y financiamiento) que no dependan de las plataformas globales. Por ejemplo, los contenidos « branded content», el acceso directo a la audiencia a través de micropagos (tokens o NTF), el crowdfunding, etc. En definitiva, el Estado debería fomentar el desarrollo de oportunidades, además del apoyo que ha venido dando históricamente.
Es urgente pensar mucho más allá de lo que era el pensamiento tradicional, o de medios tradicionales, ya que, de alguna manera, esto hace que no veamos las oportunidades que nos trae esta demanda global, cuando tenemos el talento, la experiencia y la geografía para poder aprovecharlas.
¿Cuál es el rol del Estado en todo esto?
Es un rol activo, en el cual, debe modernizarse y usar otras herramientas, apostando al desarrollo, a la exportación de nuestros talentos, de nuestros servicios, más allá de pensar solo en nuestro mercado interno y en subsidios. Para eso, es necesario tener un panorama de lo que es el mercado global, en el que vemos a otros Estados que están activamente aprovechando y trabajando en estas oportunidades. Tener en cuenta casos como el de Corea, Irlanda, pero también Colombia y Uruguay, recordando que, al final del día, además de apoyar a la cultura, tener producciones que llegan a escala global, también tiene un efecto positivo en la economía y en muchos otros aspectos de la vida de las personas.