¿IGUACEL GOBERNADOR? LA HISTORIA DE DAVID CONTRA GOLIAT 

Empiezan a decantar las candidaturas en los distritos más importantes del país. Pero la gran interrogante es cómo se definirán las candidaturas hacia dentro de los partidos. 

Ayer se sumó otra posible candidatura a la ciudad de Buenos Aires, la de Paula Oliveto. Esta sería una apuesta de la Coalición Cívica, generalmente reticente a presentar candidaturas por cargos máximos, como es el caso de la Jefatura de gobierno porteño. 

Lo cierto es que la elección de medio término dejó una sensación interesante dentro de los espacios políticos: no hay candidatos que sean indiscutibles en los distritos. Una lectura que estarían haciendo muchos dirigentes es que la elección de Vidal en Ciudad habría dejado abierta la puerta a cualquier disputa, y algo similar habría sucedido con el caso de Santilli en Provincia de Buenos Aires. 

La elección de medio término salió de la lógica histórica de Juntos por el Cambio en la que se apostaba al candidato que más medía en las encuestas, priorizando esto a los acuerdos dirigenciales. Todo se definió en mesas de café y el resultado no fue el esperado. La ciudadanía tampoco quedó contenta con este método. Eso explica la gran elección de López Murphy en la capital, así como también la fuerte irrupción de Milei. ¿Qué hubiera pasado si la candidata en CABA hubiera sido Patricia Bullrich? 

En Provincia de Buenos Aires, esto se pudo observar con la buena elección de Facundo Manes. Por eso, podemos hacer una pregunta similar a la anterior: ¿qué hubiera pasado si la candidata bonaerense era Vidal? 

Más allá del análisis contra fáctico, el escenario en la Provincia hoy se vuelve más que interesante. El PRO muestra un listado de candidatos para ofrecerle a la ciudadanía. Por un lado, Santilli, quien ya mostró fuerza en el distrito en la elección pasada y cuenta con el apoyo de Rodriguez Larreta en su armado presidencial, algo para nada desdeñable. Otro que su sumó a esa disputa es Cristian Ritondo, que también podría contar con el apoyo de María Eugenia Vidal y de varios intendentes bonaerenses y que también esperaría ser ungido por un acuerdo de cúpula. Por otro lado, asoman Grindetti, Intendente de Lanús, y Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, y que empiezan a mostrar intenciones de competir, cada uno apoyado en sus estructuras municipales, que son de gran peso en la tercera sección electoral. Y por último, el intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, que viene recorriendo la Provincia junto a Patricia Bullrich y de buena sintonía con Macri. 

Iguacel tiene una muy buena performance que mostrar tanto a sus gestiones como director de vialidad nacional, en la que los resultados fueron contundentes; realizó un 50% más de obra pública bajando el costo un 40% con respecto al gobierno anterior; como en su paso en como Ministro de energía. Como intendente redujo 109 de las 130 tasas que se pagaban en el municipio recaudando un 40% más. 

Sin embargo, tiene una pelea muy fuerte por delante: lograr que el PRO lo habilite a competir en la PASO. 

Para eso tiene que sortear el esfuerzo de quienes entienden dentro del partido que debe irse a una lista de unidad con una imposición de candidatos. Pero no es sólo eso, también deberá enfrentar el armado territorial de los intendentes, la vieja política, y el poder mediático de quienes los enfrentan, que no es algo que no puede dejar de tenerse en cuenta. Para eso, necesitará apoyase en la ciudadanía. Aunque ha trascendido que el PRO buscaría definir este problema en una interna partidaria a la vieja usanza. La realidad es que, como ya contamos en otras notas, el PRO ha sabido cerrar con candado las afiliaciones en muchos distritos, con lo cual esta modalidad devendría en una competencia desigual. 

Esta situación lo pone a Iguacel como un David contra Goliat y solo la buena puntería en los meses que vienen lograrán que pueda representar a una porción de la ciudadanía que hoy lo mira con buenos ojos. 

¿Qué ventaja tiene el intendente de Capitán Sarmiento? 

Dentro del PRO es lo más diferente que ofrece hoy el escenario electoral bonaerense. La mayoría de los candidatos del PRO vienen de una tradición peronista. La lucha también es contra ese lógica, en la que siempre se ha pensado que para gobernar la provincia es importante compartir un poco de ADN peronista. Iguacel nada tiene que ver con eso y quizás pueda llevar aire fresco a la propuesta electoral. Veremos si la demanda ciudadana lo acompaña en sus pretensiones.  

Deja un comentario

Descubre más desde REPUBLICANA

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo